Mi más sincero agradecimiento al Dr. Sánchez por su valiosa aportación.
(de lo que es en algunas ocasiones y de lo que debería ser siempre)
(de lo que es en algunas ocasiones y de lo que debería ser siempre)
“ Pues no Sr / Sra, Ud viene a…”
A
diario, en el trabajo en un servicio de Radiología, son muchas las situaciones
en las cuales la falta de información de los pacientes puede generar confusión,
angustia y miedo. Sin duda las más graves, por la complejidad de algunas de las
pruebas y los riesgos que conllevan, se dan en torno a las técnicas de
radiología Intervencionista.
La
Radiología Intervencionista es un área de trabajo en la cual, un equipo de
profesionales específicamente entrenados (radiólogos, enfermeros, técnicos y
auxiliares), utilizando diferentes técnicas de imagen como la ecografía, el TAC
o los RX, realizan diferentes pruebas diagnósticas (biopsias, punciones,
colangiografías, etc.), que permiten al equipo asistencial completar el diagnóstico de la enfermedad y
establecer el tratamiento más adecuado. En otras ocasiones, las técnicas
intervencionistas mínimamente invasivas (drenajes, endoprótesis,
embolizaciones, filtros venosos, etc.) sustituyen o complementan a otros
tratamientos médicos o quirúrgicos, favoreciendo la recuperación del paciente
acortando los tiempos de hospitalización o disminuyendo la agresividad de los
tratamientos, sobre todo si se trata de pacientes ancianos o pluripatológicos.
Este
tipo de pruebas y procedimientos se consideran de mínima invasión ya que
utilizan agujas, guías y catéteres muy finos que no suelen dejar cicatrices ni
señales, aunque no por ello están carentes de riesgos y de posibles
complicaciones. En la mayoría de casos sólo requieren anestesia local y el paciente
está consciente colaborando con el equipo que realiza la prueba. En otras
ocasiones, puede ser necesario realizar sedación con fármacos o incluso en
pocos casos, utilizar anestesia general. Aun así, se consideran técnicas de
baja agresividad por la rápida recuperación de los pacientes y el menor riesgo
respecto de otras pruebas y tratamientos.
Cuando
el paciente acude al servicio de Radiología a realizarse alguna de estas
pruebas intervencionistas diagnósticas o terapéuticas, un miembro del equipo,
normalmente el personal de
enfermería, pregunta al paciente o
familiares… “¿sabe Ud./Uds. lo que le vamos a
hacer?”.
Cuando
la contestación es… “¡Ay! Yo venía
a hacerme una placa”… entonces, saltan todas las alertas… ¡¡Atención paciente
desinformado!! , todo se paraliza y comenzamos en ese momento una
fase que el paciente debería haber superado mucho antes de venir a realizarse
la prueba.
Más
allá del derecho a la información del paciente recogido en las leyes
correspondientes y de la obligatoriedad de recabar el consentimiento informado
como documento de la historia clínica, resulta un deber ético informar al paciente y a los familiares de los
diferentes pasos y procedimientos a realizar para el diagnóstico y tratamiento
de su enfermedad, evitando una medicina paternalista y haciendo participe al
paciente de la toma de decisiones en su propio proceso terapéutico.
Para
el paciente, contar con una información comprensible es sin duda un factor
tranquilizador, reduciendo el temor a lo desconocido y permitiéndole asumir
con seguridad y confianza la realización de las pruebas necesarias para su
curación.
Para
el equipo asistencial responsable de realizar la prueba, es fundamental
establecer una buena relación con el paciente de confianza y colaboración que
permita manejar los momentos críticos y concluir la técnica con los mejores
resultados.
La
información al paciente se constituye así en el centro de la relación paciente
– equipo asistencial, siendo una responsabilidad compartida entre, por un lado,
el facultativo responsable del paciente y solicitante de la prueba, quien debe
explicar al paciente y sus familiares la necesidad de su realización y por
otro, el equipo realizador de la misma, el cual, a través de sus diferentes
miembros y según el nivel de responsabilidad de cada uno de ellos, debe ampliar
la información necesaria en cada momento para garantizar el confort del paciente, y el éxito del procedimiento.
De esta forma, todo el tiempo invertido
en explicar al paciente y hacerle partícipe de la toma de decisiones, se
convierte en un facilitador del trabajo posterior y mejora la calidad de la
asistencia prestada, por lo que los profesionales que desarrollamos nuestra
labor en los servicios de Radiología, debemos tener una actitud proactiva en este
sentido y anticiparnos y facilitar toda la información necesaria, no porque nos
obligue la ley, si no porque nos obliga el sentido ético y la búsqueda de la
mejor calidad asistencial posible.
Debemos aspirar a que nuestra primera conversación
con el paciente en la sala de exploración sea:
-
¿sabe Ud./UDS lo que le vamos a hacer?
- Sí, vengo a hacerme
una prueba de… pero tengo una pregunta.
-
Adelante, pregunte, estamos a su disposición para aclarar
las dudas.
Eugenio
Sánchez Aparisi
Radiología
Intervencionista.
Hospital
Francesc de Borja. Gandía (Valencia).
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